Renzo ha diseñado el edificio Cultural más importante del Mundo Griego, uno
que da cobertura a la Ópera, la Lectura y la Naturaleza.
“Es una tragedia – espetó la
anciana a la periodista – una moderna tragedia griega”, no era
la única ateniense que pensaba así, en la ciudad no se hablaba de otra cosa,
hasta se habían olvidado (por un momento) de la caótica situación del país, con
Tsipras soportando estoicamente las
huelgas generales en contra de los recortes que aplica su gobierno. La anciana
miró de nuevo a la cámara, para decir muy severamente: “No sé en qué pensaban los padres
al llamarlos Píramo y Tisbe, ¡insensatos!”
Como en el trágico relato, Píramo
y Tisbe eran vecinos, vivían en el quinto y el segundo piso de un edificio
de apartamentos en Atenas. Su
amistad empezó muy temprano y, cuando sus padres la descubrieron, les entró un
pánico desmedido (eran muy supersticiosos) y les prohibieron que se trataran.
Esto, lejos de separarlos, los unió aún más, conocedores de la mitológica
historia de sus tocayos, disfrutaban hablando a través de un muro, un muro
digital: el que les ofrecía la red social de Facebook.
Su amor creció con el tiempo, compartían una exagerada pasión por la
arquitectura y la ingeniería, y hablaban mucho de la nueva construcción que
estaba llevando a cabo el arquitecto Renzo
Piano en su ciudad natal, el Centro
Cultural de la Fundación Stavros Niarchos, una obra que está llamada a ser la nueva referencia cultural de
Grecia… y de Europa, tal vez, suspiraban los jovencísimos amantes, para
devolver el mundo Heleno a la posición cultural que se merece en el continente.
“Píramo no dejaba de pensar en ella, era tan guapo…”, suspiró una de las amigas de los muchachos, con lágrimas en los
ojos, la periodista tuvo que prestarle un pañuelo. Entre sollozos explicó que,
en las raras ocasiones en las que no estaba junto a Tisbe, le hablaba del nuevo edificio del distrito de Kallithea, construido frente al mar,
donde antes se ubicaba el antiguo hipódromo de Atenas. “No sé si lo sabe, pero será la sede de la Biblioteca Nacional de
Grecia y de la Ópera Nacional Griega”, aclaró con voz quebrada.
Betaplan, el estudio de arquitectura que ha
colaborado con Renzo, nos cuenta que
el complejo ocupa una explanada de 240.000 metros cuadrados, con un enorme
parque en casi toda su parcela (190.000 metros cuadrados) y un estanque
rectangular de 400 metros de largo. Nos dice también que la Biblioteca nacional tiene una superficie de
32.000 metros cuadrados y la Opera
Nacional 42.000, donde se circunscriben los 1.400 asientos del Auditorio
principal, 450 del secundario, una sala de conferencias y una escuela de danza.
Estéticamente se trata de una loma
artificial que esconde, bajo una
cubierta vegetal, parte del edificio, y, frente a ésta, otra construcción protegida
por un techo finísimo (de varios centímetros de grosor) cubierto totalmente por
placas solares capaces de generar 2,5 megavatios de energía, además de cobijar
el edificio sobre el que se eleva y proporcionar unas estupendas vistas del mar
heleno.
Este dosel de energía (como
lo define la empresa constructora, Impregilo) cubre 10.000 metros cuadrados mediante
dos losas de ferrocemento
(estructura formada por mallas metálicas embebidas en mortero a base de
cemento, arena y agua). 30 Columnas de acero de diámetro 30 centímetros, son
las encargadas de sostener las 3.500 toneladas que pesa el dosel (y sus 5.560 paneles solares), además,
el sistema de conexión entre los pilares y el techo, permite la absorción de
los movimientos, para que no se colapse la estructura bajo los efectos de las variaciones térmicas, la acción del
viento o las actividades sísmicas.
“Los adolescentes tienen que estar más vigilados”, dijo lacónico el dueño del kiosco en el que los amantes se veían ocasionalmente,
la periodista se dio cuenta de que al hombre, no parecía importarle mucho la
suerte de sus clientes (no todos somos iguales). Allí, se habían enterado Píramo y Tisbe que el centro promovido por la fundación Stavros (donando una suma de 596 millones de euros para tal fin),
había recibido el galardón de 2.016 al mejor proyecto en categoría cultural, otorgado
por la prestigiosa revista estadounidense ENR (Engineering News Record), todo un honor.
Dos empresas se han encargado del diseño paisajístico del enorme
parque, Deborah Nevins Asociados y H Pangalou Asociados, que han invertido mucho tiempo y talento buscando plantas por toda
Europa (1.500 árboles y 200.000 arbustos para ser exactos), así, han conseguido
uno de los jardines con especies autóctonas del Mediterráneo más grande del
Mundo. Otra prestigiosa (y conocida) empresa, Arup, ha participado en el desarrollo de la ingeniería y las propiedades
acústicas del complejo.
Dos son las apuestas importantes del Centro, una, la de ser la zona cultural más
multifuncional de Grecia, para ello cuentan con diversas zonas de
actuación, incluyendo un Ágora entre
la Biblioteca y la Ópera donde se podrán realizar
actividades variopintas. La segunda es la de la eficiencia energética, nadie
duda que alcanzará la certificación LEED Platino, premiando así el esfuerzo por conseguir que el edificio sea “casi”
independiente energéticamente.
La periodista, micrófono en mano, miró entonces a la cámara y con
rostro serio dictaminó: “Ante la intransigencia de su entorno los
chicos se dieron a la fuga, y, como los amantes del clásico griego, se citaron
en un lugar: la obra de Piano”. Se
imaginó entonces, la profesional de los Medios, a los amantes, abrazados,
recorriendo cada rincón del inmueble, admirando los 32 metros de la parte más
alta, a la que se llega por una pendiente suave y adaptable.
Describió (como si ella misma hubiera estado allí) como hicieron
planes sobre su futuro mientras palpaban los
muros rígidos de hormigón, que contribuyen a la eficiencia energética a la vez
que garantizan la durabilidad del recinto. Los veía apoyando sus caras en
los cristales, conocedores de la importancia que tienen en nuestras vidas (¿Os
imagináis una construcción sin cristal? ¿A qué no?). Pasearon por el enorme
parque y llegaron al dosel de energía, desde allí, mirando al mar, decidieron
partir de polizones en uno de los barcos griegos.
Al final del reportaje, los padres, deshechos por el dolor, lanzaron
un mensaje: “hijos míos, si nos veis, volved, os queremos y aceptaremos vuestro
amor”, un mensaje tardío porque, en la siguiente escena, un marinero no
dejaba lugar a la esperanza: “el chico saltó por la borda al pensar que
ella había caído, y ella fue tras él, no pudimos hacer nada”. Cuentan
que otro marinero invirtió el orden de las zambullidas y un tercero aseguró
haberlos visto lanzarse al agua, juntos. “La
verdad de esta nueva tragedia griega, con Píramo y Tisbe como protagonistas,
sólo la sabe el angosto y hermético Mediterráneo”, concluyó la
periodista.
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