La
arquitectura paisajística se integra en nuestra psique ayudándonos
a sentir y vivir de una forma sin parangón.
Luisa
era muy práctica, consideraba las causas como una alteración
imparable de la realidad, y las consecuencias como la materialización
de lo insalvable. Con este pensamiento práctico siempre había
ahondado en la incomodidad de sus seres más cercanos, impidiéndoles
no ver cómo la realidad les superaba y, contra la cual, la mejor
política era la aceptación y el avance, si este avance era por
cauces ya definidos, claro. A ella no parecían incomodarle las
situaciones más anómalas, era, a sus veinticinco años, ciertamente
inalterable.
De
padre gallego y madre neoyorkina, su vida había transcurrido con
relativa normalidad hasta que, por razones de trabajo, tuvo que
viajar a Missouri, concretamente a la ciudad de Saint
Louis.
Le
dolía más de lo que podía aceptar tener que irse de su pueblo
natal, Wayne, donde nunca pasaba nada y, en cierto modo, esto hacía
mucho más segura y pacífica su vida.
Cierto que conocía los problemas del Mundo por los medios digitales
de comunicación… pero parecían tan lejanos aunque pasaran en su
propio país…
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