Whitney, Allen, Obama y el pavimento de madera de Pino.

Whitney lo fundó, Allen lo utilizó, Obama lo inauguró y tu podrás disfrutar de las obras arte americanas.
Woody Allen es el genio por excelencia, el amigo de lo ocurrente, de lo imaginativo y, al mismo tiempo, de lo real. La mayor obra que ha realizado es el film “Manhattan”, todo un acierto en 1979 y todo un clásico en la actualidad. Una de sus famosas escenas es cuando Isaac (Allen) conoce a Mary (Diane Keaton), ocurre en el Whitney Museum Art, situado en el 945 de Madison Avenue, cuyo edificio fue realizado en 1966 por el arquitecto Marcel Breuer, una construcción que rompía moldes en su tiempo, con un volumen macizo y un escalonamiento inverso e intimidador más típico de la arquitectura Brutalista que de la Modernista.

Secuencia de Manhattan

El Museo fue fundado por la escultora y mecenas Gertrude Vanderbilt Whitney, de quién heredó su apellido. La idea era promocionar el arte americano y salvaguardarlo para futuras generaciones. Con el tiempo, este museo se ha convertido en uno de los cuatro grandes de Nueva York, junto al MoMa, al Metropolitan y al Guggenheim. Pero el éxito cosechado ha hecho que el fantástico edificio quede obsoleto y, sobre todo, pequeño para la gran cantidad de obras de arte que posee, que eran sólo 700 cuando empezó su periplo allá por 1929 y que actualmente llegan a 21.000.


Whitney Musuem Art de Marcel Breuer

La dirección del Museo, con Adam D. Weinberg a la cabeza, encargó al arquitecto italiano Renzo Piano, el diseño de un nuevo edificio. Después de un tiempo buscando una ubicación idónea para la nueva construcción se escogió el número 99 de la Gansevoort Street, en Nueva York, por supuesto.

El edificio abrió sus puertas el primero de mayo y fue inaugurado un día antes por la Primera Dama Estadounidense (Michelle Obama), quién recordó su propia infancia, en la que, lugares como éste (el museo) parecían muy lejos de ella, por eso incitó a que estos espacios se abran a los miles de niños del país. También hablaron el alcalde de Nueva York (Bill de Blasio), el director del museo (Adam D. Weinberg), el arquitecto del edificio (Renzo Piano) y la nieta de la fundadora (Flora Miller Biddle).


Nuevo Whitney Museum Art de Renzo Piano

Dicen los entendidos que el edificio se asemeja a un barco desde el oeste y a una fábrica desde el norte, como si quisiera imitar el entorno al que se ve “anclado”, el hecho es que tiene una presencia notable, de una solidez que raya también el Brutalismo, sin perder de vista la elegancia de los materiales (el cristal, el acero y el hormigón de la fachada). En su entrada un gran voladizo te recibe para que disfrutes de 2.590 metros cuadrados de espacio público, y de la vista del río Hudson.

Con 60.500 metros cuadrados de superficie edificada en 9 plantas, el edificio posee 15.200 metros de galerías interiores, 3.960 metros de espacio de exposición al aire libre y terrazas con vistas al High Line. La mayor galería sin columnas de un museo en la ciudad de Nueva York de 5.480 metros cuadrados, incluye una galería vestíbulo con acceso gratuito, dos plantas de colección permanente, y una galería especial de exposiciones en la planta superior. La construcción pesa alrededor de 30.000 toneladas y costó cerca de los 422 millones de dólares (377 millones de euros). La compañía constructora, Turner Construction ha puesto al alcance del público la posibilidad de imprimir el edificio en 3D.



Renzo ha respetado las reglas del juego, el museo no es un edificio con estridentes colores o fachadas llamativas, es un lugar volumétrico que se funde con el entorno sin pasar desapercibido, y que, además, ofrece la posibilidad de disfrutar de varias terrazas en forma escalonada (¿haciendo un guiño a Breuer?), además, deja parte de la escalera al aire libre convirtiéndola en un mirador inesperado. Tiene un centro de educación que ofrece aulas con tecnología de última generación, una galería adyacente al aire libre, un teatro con 170 asientos y con vistas al río Hudson distribuido en dos plantas, un laboratorio y una biblioteca (el Whitney antiguo no tenía aulas, teatro ni centro de estudio). Posee una tienda al por menor, un restaurante en planta baja y una cafetería en la última planta.

Pero lo mejor es el interior, donde las salas están aprovechadas al máximo y los ascensores abren sus puertas desde el vestíbulo a la derecha de las galerías, manteniendo la intimidad y la prioridad entre el espectador y la obra, además, los ascensores tienen obras del pintor y escultor Richard Artschwager. Una vez entres en la sala visualizarás en el techo rieles para combinar de infinitas formas la estancia, subdividiéndola según sean las necesidades de la muestra. Y, cuando mires al suelo, verás un pavimento de madera de pino reciclada, traída de otras fábricas, siguiendo el mismo discurso que se inició en el exterior.


Parte trasera del Whitney Museum Art de Renzo Piano

El pino es un árbol con más de 120 especies diferentes distribuidas en varios continentes, principalmente en América, Asia y Europa (en África existen muy pocos). En construcción se utiliza como elemento estructural, como revestimiento exterior e interior y en elementos decorativos. Al quemarse no produce emanaciones tóxicas, tiene una excelente resistencia física y un más que notable comportamiento acústico y térmico. La gran variedad de especies nos permite la utilización de diferentes texturas dentro de la construcción. Por supuesto, es un material reciclable al cien por cien.

Debemos tener siempre presente que la madera es un material orgánico y que, por lo tanto, es atacable por insectos, es obligatoria su protección si queremos que nos dure, claro. Cuando vayamos a utilizar el pavimento de madera maciza, nos aseguraremos que la carpintería ya está colocada, que las diferencias térmicas no son muy radicales (evitemos invierno y verano) y que las superficie sobre la que se coloca tiene la humedad adecuada, hay que impedir que la madera reciba excesiva humedad o que le absorban la que tiene, secándola y agrietándola.

Vista desde las escaleras

Con todo un pavimento de madera maciza es siempre una elección excelente, con una correcta gestión medio ambiental y de una eficiencia energética probada.

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