De las controversias del Plan de Seguridad y Salud en la Obra.

Según establece el Real Decreto 1627/1997, por el que se establecen disposiciones mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción, cada contratista elaborará un Plan de Seguridad y Salud en el trabajo (en adelante PSS) en el que se analicen, estudien, desarrollen y complementes las previsiones contenidas en el Estudio de Seguridad y Salud (en adelante ESS) previamente redactado por orden de la Propiedad en el desarrollo del Proyecto de Ejecución de la obra, todo en función del sistema de ejecución de obra que ha de utilizar el propio contratista.
Bien, hay varios puntos en este párrafo que debemos analizar debidamente, en primer lugar antes de la realización del PSS, la contrata debería analizar pormenorizadamente el ESS con respecto al proyecto y al orden de ejecución de los trabajos. No olvidemos que el principal objetivo del PSS se refiere no sólo a las medidas a tomar en prevención en los diferentes tajos, sino también, o principalmente, a la posible interferencia en seguridad y salud de dos o más tajos que deban realizarse al mismo tiempo. Es pues, de forma comprensible, necesario que el responsable del plan escrutine objetivamente el ESS para ver en que coincide con la forma de actuar de la constructora, subraye los puntos en común y discuta con el redactor del ESS los demás puntos.

Las numerosas formas de afrontar un mismo tajo en obra dan como resultado diferentes formas de actuación en seguridad y salud, por lo tanto, es de suponer que tanto en el ESS como en el PSS deban aparecer no una, sino varias soluciones a un mismo punto, esto, por norma general no suele suceder y tanto uno como otro se limitan en la mayoría de los casos, a exponer que medios, como y cuando utilizarlos. Nada más lejos en la psique del que suscribe criticar o recriminar a los técnicos redactores, sólo poner de manifiesto una realidad que lejos de ser perjudicial o beneficiosa, sólo obedece a cuestiones de orden práctico.

Tampoco debemos demonizar estos ESS y PSS y darlos por malos sólo porque no pormenoricen tal y como nosotros creemos que deben hacerlo, más al contrario, debemos aprovechar lo que nos indican en su contenido y llevarlo a la práctica en nuestra obra. La principal diferencia entre una obra mal ejecutada y otra bien ejecutada (desde el punto de vista de la seguridad y salud) no es que sus estudios y planes estén bien redactados o no, sino en que sus profesionales se adapten bien a los cambios que surjan durante la obra y sean capaces de ayudar a los que tengan problemas de adaptación para que la seguridad fluya de forma natural.

Siempre pongo el ejemplo en seguridad del albañil novato, el rápido y el experto. Si el albañil novato intenta saltarse las correctas formas de ejecución para terminar los trabajos más rápidamente sólo conseguirá tener que volver a repetirlos, si el albañil rápido no realiza sus trabajos con precisión los tajos tendrán que repetirse de nuevo y, por último, el albañil experto será rápido o lento pero su trabajo no se tendrá que repetir porque estará bien realizado y esto es debido a que en sus comienzos siguió todos los pasos que han de seguirse para la buena construcción y LOS MEMORIZÓ de tal forma que los hace mecánicamente.

En seguridad y salud debemos estar adaptándonos a cada momento pero si no empezamos por una buena base tendremos las de perder. Debemos concienciarnos de hacer las cosas bien de un principio y de analizar y analizar cada punto o detalle de la obra hasta que sepamos como actuar en cada momento, y, sobre todo, ir incorporando a nuestra base de datos todos los tropiezos o incidencias que nos vayan surgiendo por el camino, porque es la experiencia la que nos enseña.

Comentarios